martes, 9 de octubre de 2007

Teoría de los ciclos

YO

Tengo un amigo que es un incondicional de la teoría de las rachas, él siempre dice que tienes que aprovechar al máximo en los periodos de grandiosidad, y capear el temporal cuando los vientos no vienen buenos. Es una filosofía de la vida muy interesante, cuanto más comento con él esta teoría, menos dudas tengo de su certero planteamiento.

La vida es como una ronda de golf, un día, sales tranquilo, juegas bien, disfrutas como un enano y ganas el partido, y en ese momento te crees un ser superior, “poder y riquezas”, al día siguiente, sales tranquilo, juegas mal, solo piensas en acabar cuanto antes mientras te arrastras con tus palos por el espléndido campo de golf, y sin saber por que, te sientes el ser mas desgraciado del planeta, que es lo que sustancialmente ha cambiado, nada. No has olvidado tu juego, no has perdido tu forma física, no has sufrido mentalmente ninguna desgracia, por lo tanto, solo se puede achacar a una mala racha.

Actitud ante esto, esperar a recuperar el ciclo alto, y lo mas importante “carpe diem[1]”, aprovechar el presente pues la muerte vendrá enseguida; no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, nadie sabe que te deparará el futuro. Fijaros como de las enseñanzas de Horacio hay refranes españoles de toda la vida con el mismo significado. ¿gallina o huevo?...

Me gustaría poder aplicar mis creencias al día a día, en muchas ocasiones me encuentro bloqueado ante situaciones y la respuesta que doy es la pasividad, ciertamente no son actuaciones críticas en la vida, sino mas bien pequeñas circunstancias que marcan la cotidianeidad del carácter.

A mis 38 años soy capaz de detectar en que parte del ciclo estoy, en la cresta o en lo mas profundo, aunque dada mi condición, de por si optimista, mis cambios de ciclo son muy frecuentes. Lo que de verdad me gustaría poder controlar son las motivaciones que hacen que los ciclos se den. ¿se podría parametrizar?, o simplemente un día te levantas con el pie izquierdo y .... EL PODER DE LA MENTE...



MI CIRCUNSTANCIA

El aspecto donde mas se aprecia la teoría de los ciclos es en la economía, desde el comienzo de la historia económica siempre ha habido ciclos, el objetivo de los modelos del ciclo económico es proporcionar una explicación inteligible al fenómeno de las fluctuaciones económicas. ¿pueden los gobiernos regular la economía para paliar el efecto de estas fluctuaciones?, la respuesta es no. No se sabe porque, pero cuando empieza un periodo de recesión, un gran colectivo de individuos dispares actúan de tal manera que hacen que la crisis se agrave, en principio, esta alarma colectiva ni siquiera puede estar justificada en términos económicos, pero se ha iniciado un proceso que ya es imparable, y hasta que todos los agente económicos no recuperen la confianza en los mercados, no se cambiará el ciclo.

Se llaman ciclos económicos a las fluctuaciones de la actividad global, caracterizada por -la expansión o la contracción simultánea de la producción en la mayoría de los sectores. Una definición más actual del ciclo económico es aquélla que dice que hay ciclos económicos cuando el producto nacional observado aumenta en relación al producto potencial -que es la producción que alcanzaría un país si todos los recursos estuvieran empleados plenamente- (una expansión) o disminuye en relación a él (contracción o recesión).

El comportamiento cíclico de la actividad económica se puede medir con muchas magnitudes no sólo con la producción nacional, sino también con la tasa de inflación, la tasa de desempleo, el número de quiebras, la creación de negocios, la medida del déficit público, etc.

Los ciclos económicos no son idénticos, tanto en lo que se refiere a su duración como a la intensidad; pero estos movimientos, que en principio parecen erráticos, se pueden descomponer en movimientos que constituyen una sucesión de fases ascendentes y descendentes.


· Depresión – Crisis
· Recuperación o Expansión
· Auge
· Recesión
Podría seguir explicando las diferentes versiones de la teoría de los ciclos que existen, pero empieza a resultar pesado, y para los profanos ya es mas que suficiente.
[1] Horacio, Odas, I, 11, 8

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