viernes, 16 de noviembre de 2007


Reflexiones acerca de la Publicidad.

YO

En el mundo hay dos tipos de personas, los que hacen los anuncios de coches, y los que no los entienden. ¿que hay que hacer para parir esa clase de publicidad?, ¿dónde se estudia?, no conozco a nadie que al ver un anuncio de coches lo entienda, hemos llegado al punto en el que muchas veces ni siquiera sale el coche en el anuncio. ¿hasta donde vamos a llegar?.

El otro día iba hacia el gimnasio por la calle Ortega y Gasset, y no recuerdo en que emisora de radio había un debate sobre el significado de los anuncios, cinco personas opinaban acerca del significado y las intenciones del publicista, yo me acordaba de mis estudios, en clase siempre nos decían que sin no te entendían es que no era buena publicidad, algo está cambiando... ¿son nuevas técnicas de marketing?, pienso que no, lo que pasa realmente es que tratan de ser tan originales que sales esas “cagadas[1]” de anuncios, sin sentido y sin motivación de transmitir ningún mensaje, solo de ocupar tiempo en medios.

Me gustaría mucho hacer una encuesta entre los compradores de vehículos, una sola pregunta clara, ¿en que grado intervino la publicidad televisiva en la adquisición de su vehículo?, las respuestas positivas supondrían un valor no mayor al 5%, estoy casi seguro.

Entonces...... ¿por qué?....

Lo que no se publicita, no existe. Es triste como en esta vida todo ha de ser publicitado, si quieres buscar trabajo tienes que emprender una labor comercial ímproba, si quieres montar un negocio, ya no importa que tu producto sea el mejor, ni siquiera que sea bueno, ha de ser el mas visto, y así hasta el infinito.

A mi la publicidad no me afecta mucho, o a lo mejor si, pero hago esfuerzos por no ver anuncios. Soy un consumidor que generalmente sabe lo que quiere, y en mi criterio de compra valoro muchos parámetros, siendo la publicidad uno de los que menos me influye, quizás por que me paso el día analizando empresas, y de estos análisis veo los esfuerzos publicitarios que hacen las sociedades para vender a cualquier precio.

Corría el año 2000 mas o menos, en Madrid se dio por hacer "el first Thursday", era una especie de foro donde se reunían inversores y emprendedores y cerraban acuerdos, los emprendedores exponían sus proyectos y necesidades mientras que los inversores financiaban aquellos que les resultaban mas atractivos. Recuerdo estas fiestas, porque en definitiva eso eran, con mucho cariño. En un principio parecía una idea muy brillante, importada como no, de los Estados Unidos de América, pero quizás por la idiosincrasia española al final, y por lo menos en mi caso, era una muy buena excusa para reunirnos los amigos y tomarnos unas copas, la verdad es que lo pasábamos muy bien, y creo que al final todos los asistentes teníamos los mismos propósitos...

MI CIRCUNSTANCIA

Las tres P, product, price & place. El fenómeno Internet.

Hace unos años, surgió el fenómeno de Internet, ¿quién lo iba a decir?, en el despacho por aquel entonces ayudábamos a financiar proyectos de este mercado. Todos estos proyectos tenían una estructura de ingresos igual, vía publicidad. Solo con los proyectos que estudiamos en 6 meses en el despacho, se podría completar el presupuesto de todas las empresas anunciantes en publicidad, esto, teniendo en cuenta que ninguna empresa se publicitase en otro medio que no fuese Internet. Fue un periodo loco en cuanto a trabajo, todos los inversores querían subirse al carro de esta nueva tecnología, e invertían sus capitales en cualquier proyecto por irreal que fueses o pareciese.

El Capital “se puso cachondo”, a los eruditos del dinero se les presentaba gente con planes de negocio debajo del brazo y se extendían cheques millonarios a cambio de aire. En muchas ocasiones se firmaron operaciones de compraventa de empresas por unos precios injustificables, cuyo valor real era muy próximo a cero. Todo gran empresario debía tener una puntocom para ser alguien en el mercado. El dinero dejo por un instante de refugiarse en los ladrillos para entrar en el gran mercado de Internet. Con la perspectiva de la historia, vimos como por un escaso momento las ideas valían mucho, el problema vino porque el número de ideas buenas tendía a cero. Al poco tiempo la ilusión desapareció, después de estallar la burbuja de Internet, los inversores cambiaros de sector, y el dinero volvió a ser tan precavido como lo había sido hasta entonces.

Fue una gran pena que el oportunismo estropeara una verdadera revolución económica en ciernes, gente joven y muy preparada obtenía recursos fácilmente para desarrollar sus proyectos con tranquilidad y a precios económicos. Finalmente ha primado el modelo europeo sobre el americano.

Un dato a tener en cuenta, el sector de la informática experimento un crecimiento asimilado que fue imposible de asimilar por los jugadores, Por ejemplo, los sueldos medios de los programadores titulados por aquel entonces era de 250.000 pesetas netas al mes, en unos pocos meses, esos individuos estaban ganado aproximadamente 1.000.000 de pesetas netas al mes, y lo peor de todo, es que no había disponibilidad para contratar a ninguno, con lo cual, cualquiera que supiera programar, aunque fuera mal, hizo su agosto.
[1] cagado, da.
4. f. coloq. Acción que resulta de una torpeza