martes, 8 de enero de 2008


KAROSHI, “death by overwork”
Reflexiones desde el cuarto de baño


Cuenta una revista, (especial de navidad “The Economist”), como un trabajador de la empresa “Toyota” murió a las 4 de la madrugada en su puesto de trabajo después de haber hecho en los últimos 6 meses más de 80 horas extras por mes, dejó mujer y dos niños de uno y tres años......
En los años 80 el gobierno japonés reconoce el Karoshi como enfermedad laboral, y desde entonces los casos se han incrementado notablemente.....

No se chicos, ¿qué os parece?, desde que leí el articulo me rondan por la cabeza oscuros pensamientos...., la reflexión sería: ¿qué sentirá la viuda de un militar muerto en acto de servicio?, por lo menos ella habrá tenido un funeral de estado y algún tipo de reconocimiento (moral o pecuniario), sin embargo a la pobre mujer japonesa, después de un juicio, si le reconocen el fallecimiento cono “Karoshi” la compensarán con 20.000$, si no gana el juicio,..... nada, que sentimientos tendrá esa esposa viuda, su marido ha dado la vida por el honorable trabajo de operario cualificado de una fabrica, la verdad es complicado encontrar el sentido a tales actos.

El cualquier caso, el tema que me hace reflexionar es el hecho de dar la vida por el lucro ajeno. El fin último de casi todos los actos es que alguien rico se haga un poco más rico, mientras la viuda y sus hijos seguirán con sus vidas como buenamente puedan, si pueden, y si no pueden pues......

Bien pensado, ¿qué opinarán los usuarios de la marca Toyota, Lexus, GM, cuando conduzcan sus coches hacia el trabajo?,........ sangre, sudor y lagrimas........ Nos llevamos las manos a la cabeza porque hay niños que trabajan en los países subdesarrollados y sin embargo a este tipo de conductas no les prestamos la menor atención. Digo esto porque si yo fuera redactor de un periódico el “karoshi” ocuparía la portada con cada uno de los fallecimientos de los trabajadores, desde mi punto de vista tiene tanta importancia como el terrorismo o cualquier fallecimiento por accidentes laborales. Algún día os daré mi opinión sobre los fundamentalismos, esto no es más que otro tipo de fundamentalismo, el económico, y tened en cuenta que estamos hablando de Japón, economía que figura en el “top-5” de todos los indicadores económicos de las publicaciones y un país desarrollado como el que más.

Como decía mi abuela, en todas partes cuecen habas, ahora entiendo el completo significado de este refrán. Podremos cambiar los nombres, pero no somos capaces de cambiar los conceptos, y en este caso en concreto, todavía toleramos la esclavitud, no se si os he contado que las horas extra no se pagan, vamos, que son de gratis.

En términos de necesidad mi planteamiento es: ¿qué falla en el sistema de producción japonés para que los empleados tengan que trabajar tantas horas a la semana?, ¿no se quiere invertir en capital humano?, ¿es un asunto meramente educativo?, a lo mejor es que para que una economía funciones es necesario que los recursos sean salvajemente explotados, en el peor de los sentidos, a lo mejor la sostenibilidad es una grandísima estupidez y hay que volver a la revolución industrial y a la diferenciación de las clases. Mejor lo dejo, me estoy metiendo en una jardín peligroso. Para concluir con este asunto tan desagradable, debemos ser optimistas, lo mismo a alguien se le ocurre copiar el modelo de negocio de “Mercadona” y potenciar el trato que reciben los trabajadores de esa empresa. Yo personalmente seguiré comprando en tiendas de esa marca porque creo firmemente que en este periodo económico que vivimos no se pueden maximizar los beneficios empresariales a costa de todo.

Sinceramente, doy gracias por haber nacido donde he nacido, y por haber sido educado como lo he sido, trabajo para poder vivir, no vivo para trabajar. No me gustaría morirme un día y darme cuenta que se me ha olvidado vivir.


¡¡¡Ala, a disfrutar!!!, perdón por el coñazo, pero no podía resistirme a comentar una de mis lecturas preferidas de cuarto de baño.