El otro día recibí un
regalo estupendo.... ¡¡una Leica M3!!, ¡venga va!, no, pero
casi, es una pequeña replica de esa gran cámara. Me han regalado
una Minox, eso si, replica de la cámara germana.
Llevo unos días
“afontado” con ella cuando puedo, no ando sobrado de tiempo y la
verdad es que tiene su gracia, mucha gracia...
Os cuento, cuando allá
por el 2007 empezaron los ifones a salir, yo me hice con uno, y lo
que más me gustó fue su cámara, ...si, ya se, era una mierda.....
pero una mierda muy divertida. Con el paso de los años los de la
manzanita (también conocidos como los de Cupertino, no confundir con
los de Coppertone, que eso son temas más guarrillos) se dedicaron a
sofisticar el tema de la fotografía, y a mi gusto perdió algo de
sus esencia. Para mi, la experiencia de jugar con la falta de calidad
y las aberraciones hizo resurgir algo de cuando empecé en esto de
las fotos, nunca he tenido grandes equipos, y sacar partido a las
caquillas que tenía suponía un verdadero reto. Todas estas
apreciaciones son absolutamente subjetivas y personales, no sujetas a
crítica, ya que hablo de una experiencia de usuario muy personal,
dado que me he pasado casi veinte años sin enseñar ninguna de mis
fotos, no se si os lo he contado, pero el máximo placer que me produce la
fotografía es en el momento del disparo, luego los resultados me
importan menos (a efectos de satisfacción)
Joder que manera de
enrollarme. El caso es que con este nuevo juguete he vuelto a
encontrar la satisfacción al disparar una cámara, en la que no
espero grandes resultados pero me genera una enorme placer el
llevarla y hacer fotos, además, ¡ha pasado a ser la preferida de
mis niños!.
Para ver una pequeña muestra de los resultados os muestro un par de foticos.
Pues no se que os parecerá
en cuanto a calidad técnica
o artística
, pero yo me lo paso muy bien con ella.