Esto del confinamiento tiene su miga, la verdad es que a mi personalmente no me supone un cambio de hábitos importantes, algunas pequeñas cosas que no me suponen trauma, pero mis dos hijos lo están llevando fatal, malhumorados, cabizbajos, amohinados, malcarados...
Sobre todo la pequeña, esos 15 años y aquí encerrada con el mismísimos diablo... ¡y con su madre y su hermano!, reconozco que me gusta chincharla un poco, pero deberíais oir sus contestaciones... hay veces que me acojono, joder, ¡que lengua!, ¿a quien coño habrá salido?... ¡mejor me callo un poco que luego me señalan a mi! ;)
Paciencia...
paciencia...
mucha paciencia....
Solo desearos mucho ánimo con los encierros y que salgamos lo mejor posible, nos toca construir mucho.
¡¡¡ANIMO!!!
