No se vosotros, pero en mi caso, las decisiones importantes las toma todas mi mujer, me hace ver que tengo cierta importancia en la decisión y luego me convence para que me de cuenta de que su idea es la mejor, ¡casi siempre acierta!.
Yo desde luego no soy nada machista, pero procuro que nadie de nuestro circulo de amistades note quien lleva los pantalones en casa. Siempre trato de justificar ante terceros que por ejemplo el coche familiar que hemos comprado es una compra consensuada, ¡MENTIRA!, ¡¡¡me han convencido que un “monovolumen” es la mejor opción!!!, yo quería una berlina de lujo.
Ahora nos enfrentamos a una difícil decisión, tenemos que cambiar mi coche, ya está un poco viejo, ¿qué será de mí dentro de unos años?, en fin, por lo visto nuestras decisiones van en le sentido de adquirir uno de esos monstruos de 7 plazas para le campo. ¿qué coño hacemos con un coche de campo?, ¿y lo de las 7 plazas?, ¡a lo mejor vamos a incrementar la familia, y se han olvidado de notificarme!.
Intentaré agarrarme a un clavo ardiendo argumentando que la crisis..., hacienda..., los bancos o lo que sea, se han aliado para no poder ahora desembolsar el importe del coche, con un poco de suerte es una moda pasajera y nos decidimos por comprar esa berlina de lujo “Station-Wagon” que tanto me gusta.
En mi caso las compra son perfectamente argumentadas, en un SUV (que nombre más pedante), al ser de 7 plazas no caben mis palos de golf, ¿dónde los voy a guardar?, a lo mejor piensa que puedo acarrear con los palos de casa al coche todas las semanas, ¡inaudito!.
Bueno, ya está bien por hoy.
Un cordial saludo.
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